miércoles, 31 de octubre de 2012

Parcial 2


Elaborado por:
Margarita Martinez
Laura Osorio
Parte A

¿LA ESTRATEGIA COMO UN SIMULACRO? UNA MIRADA DE REFLEXIVIDAD RADICAL A LA DISCIPLINA Y PRÁCTICA DE LA ESTRATEGIA
Gina Grandy and Albert J. Mills

En las últimas tres décadas la administración estratégica se ha convertido en un aspecto crucial en la teoría y práctica de los negocios. El núcleo de la administración estratégica  es la creación de modelos en los cuales los elementos complejos del pensamiento estratégico están simplificados. Esto contribuye en gran medida la aparente popularidad de la administración estratégica en la medida en que las interrelaciones complejas se persiguen mediante modelos relativamente simples.

Se hace importante entonces, según los autores, revisar los conceptos de reflexividad para el desarrollo de un discurso radical reflexivo acerca de la estrategia como un simulacro.

La reflexividad radical cuestiona los supuestos básicos que subyacen en las visiones del mundo e incluso la posibilidad de que las visiones del mundo sean medios humanos para conceptualizar al mundo. Se ocupa de la creación y reproducción de lo “natural”. Es a través de la reflexividad radical que se puede extender la investigación de la estrategia más allá de lo usual.

Las decisiones ejecutivas envuelven decisiones complejas sobre las metas corporativas y los medios para alcanzarlas, decisiones que definen la dirección estratégica de la compañía. Los autores se interesan en las fuerzas que constituyen la estrategia y en sus resultados potenciales, lo que ellos definen como la idea de la estrategia como realidad.

La estrategia es usualmente presentada como la personificación del pensamiento racional que incorpora la lógica, planeación, monitoreo, técnica y liderazgo. De esta forma, el pensamiento estratégico es visto como clave para el éxito organizacional y como sello de calidad del liderazgo efectivo. Las críticas a esta idea plantean que la enseñanza y práctica de la administración estratégica privilegia a la racionalidad a costa de la preocupación por los resultados de la subjetividad humana y la equidad en el lugar de trabajo.
También se argumenta que la teoría de la administración estratégica es en esencia un discurso con raíces en las prácticas militares y corporativas, que contribuye a una gran narrativa de competencia técnica y prácticas militares. Los autores, por su parte, argumentan que el lugar privilegiado que se le ha dado a la administración estratégica y a la racionalidad se debe en gran medida al proceso de simplificación, simulación y modelación.

ESTRATEGIA: DEFINICIÓN Y DESARROLLO

La noción de la administración estratégica y de la estrategia incorpora todas aquellas actividades que envuelven el monitoreo, planeación e implementación de acciones para fortalecer la posición de la firma frente a sus competidores.

La palabra estrategia se relaciona con el verbo griego “stratego” que significa planear la destrucción de los enemigos a través del uso efectivo de los recursos. Hoy en día refleja su definición antigua, de forma que es algo que la organización usa para ganar o establecer su legitimidad en un mundo de rivalidad competitiva. Es lo que hace a una firma única, una ganadora o una sobreviviente; es sabiduría aceptada, un fenómeno incuestionable que es parte de la identidad de los administradores y trabajadores.

REFLEXIVIDAD Y EL TRABAJO DE BRAUDILLARD

Es importante tomar en cuenta que hay una distinción entre reflexión y reflexividad. La reflexión envuelve la exploración de conceptos a fin de presentar visiones alternativas de esos conceptos. Se trata de reflejar la verdadera imagen del mundo natural o social que se ha visto restringida por los límites conceptuales o empíricos establecidos. Los supuestos que crean estos límites o bordes exteriores'' no son objeto de investigación en la reflexión, sino la reinterpretación de los "bordes internos". Es a través de la reflexividad que los presupuestos de los “bordes exteriores" se examinan.

La reflexividad es una aproximación crítica que problematiza la entidad objeto de estudio. Es la capacidad para desconfiar de nuestros propios supuestos. Pollner (1991, p. 372) identifica "dos interpretaciones diferentes pero relacionadas de la reflexividad: la reflexividad endógena se refiere a “cómo lo que los miembros hacen en, para y sobre la realidad social constituye la realidad" (ibid).  El mundo sólo puede ser entendido por los seres humanos a través de la generación de sentido y la interpretación (Gephart, 1996b). La reflexividad radical o referencial es una segunda forma de reflexividad y desafía a la "natural" por problematizar las bases y la reproducción del fenómeno (Gephart, 1996b; Pollner, 1991).

Woolgar (1988) representa la reflexividad en un continuo que va desde la reflexividad constitutiva radical a la introspección benigna. En un extremo del continuo, la reflexividad constitutiva radical, la representación y el objeto NO son distintos. En el otro extremo del continuo, la introspección benigna presenta visiones alternativas de una misma realidad. La introspección benigna (reflexión) opera dentro de los límites establecidos de la cuestión fundamental.  Es a través de la reflexividad radical que puede explorarse la aceptación de la estrategia como discurso que constituye "los problemas para los cuales afirma ser una solución" (Knights y Morgan, 1991, p. 255).

La reflexividad es un "discurso anormal" (Rorty, 1979, p. 320) necesario para romper las fronteras de la investigación ordinaria, ya que problematiza lo que constituye la "realidad social", la "verdad" y el "conocimiento". Esto le da la capacidad de  "desestabilizar" versiones de la realidad, lo que permite la exploración adicional.

Baudrillard (. 1988, p 166) describe la simulación como "la generación mediante modelos  de algo real sin origen ni realidad: un hiperreal". La simulación abarca todo el ámbito de la representación. Así, en "una sociedad de simulaciones, los modelos o códigos estructuran la experiencia y erosionan las diferencias entre el modelo y lo real" (Best y Kellner, 1991, p. 119). La sociedad y la cultura han pasado a ser ordenadas por simulaciones donde los objetos no tienen fundamentos y orígenes (Poster, 1988). Los signos representan significado y dan un orden aparente a la sociedad al tiempo que proporcionan a los individuos una fantasía de la independencia y de la libertad (Poster, 1988).

Así, la simulación amenaza la diferencia entre «verdadero» y «falso», entre «real» y «imaginario»; puesto que en la simulación, los objetos no tienen origen claro y se hace imposible distinguir entre lo que es real y lo que es una representación (un símbolo).

La simulación se compone por cuatro fases sucesivas: la incorporación de las imágenes como representaciones de la realidad básica define la fase uno; la fase dos es el enmascaramiento de la realidad; la tercera fase consiste en ocultarla ausencia de realidad en la representación; en la fase final, las imágenes han perdido su relación con la realidad y la entidad se ha vuelto completamente un simulacro.

Así, Baudrillard (1983) describe tres órdenes de simulacros, de los cuales el primer orden corresponde a los simulacros naturales. En este orden, los simulacros son representaciones imperfectas que reflejan la realidad básica, son imágenes falsificadas.  Los simulacros de segundo orden son "simulacros productivos" basados en la energía y la fuerza, y su objetivo es la aplicación en todo el mundo a través de la reproducción masiva de copias. El tercer orden de simulacros son simulacros o modelos de simulación,  "son la circulación del modelo, que ya no trasciende lo real" (Gephart, 1996b, p 213.). El objetivo de los simulacros de tercer orden es el control total, es decir, crean una hiperrealidad (Baudrillard, 1991), por lo que una vez se alcanza este nivel de simulacro, es imposible fabricar lo real de lo irreal.

ESTRATEGIA COMO SIMULACRO

El mundo organizacional se encuentra en  el primer orden de simulacro por lo cual es una imperfecta representación de la existencia. Nosotros utilizamos este simulacro como una forma de ver el mundo. El primer orden de simulacro es “una imagen basada en la realidad (mundo natural) donde se mantiene una diferencia con la realidad”. 

El modelo de segundo orden de simulacro, simplifican la realidad, lo que en la vida organizacional se puede entender a través de estrategia y gestión estratégica. El segundo modelo de simulacro estriba de la aplicación mundial y en la simplificación de la realidad.  Estos modelos incluyen solo un limitado número de posibles características de falsificación y enmascaran la realidad básica. En el segundo orden de simulacro encontramos el análisis de la matriz DOFA.  Estas técnicas copias  de producción masiva de la falsificación, para la aplicación global.

Cuando los simulacros se desarrollan en algo que no tiene semejanza con la realidad se entra en el tercer orden. El tercer orden de simulacro consiste en  modelos de simulación donde los objetos están completamente dentro de la simulación.  Interesantemente, en la traducción de Baudrillard “simulacro, y simulaciones”, “estrategia de lo real” es una partida dentro este texto. La estrategia se ha convertido en omnipresente, la aceptación y la inquestionabilidad de su existencia y el  significado de las mascaras de ausencia de realidad. La legitimación de la estrategia viene de las situaciones por la cual los estrategas crean un mundo en el cual los problemas los definen ellos, y solo pueden ser solucionados por ellos .La declaración de misiones y el liderazgo estratégico son otro ejemplo de simulacro de tercer orden.  Es aquí que el simulacro trata de no parecerse a la realidad. “Lo real se convierte en hiperreal: aquello que se reproduce”

Hit y Al definen la misión estratégica como “una declaración con el único propósito de ver el alcance de la empresa en las operaciones en  términos de productos y mercado”. Ellos mantienen que “una declaración de misión efectiva establece a una empresa individual, flexible, inspiradora y relevante para todas las partes interesada”. La misión estratégica se utiliza en los modelos de segundo orden.

Las investigaciones han concluido que la misión estratégica es interpretada de diferentes maneras dependiendo de la organización, tanto es así que el propósito de esta declaración se convierte en borroso, discontinuo y existen más preguntas que respuestas.

El liderazgo estratégico es otro arquetipo de la hiperrealidad del manejo de la estrategia. La noción del liderazgo estratégico se enfoca sobre los ejecutivos quienes son los responsables del total de las funciones en la organización. Hit y Al lo definen como “la habilidad de anticiparse, imaginar, mantener la flexibilidad, y autorizar a otros a crear una oportunidad estratégica como necesaria”. Estas nociones tienden a atribuir casi poderes supernaturales al principio de gestión sin problematizar el subyacente y los limites como las reclamaciones de verdad. Hit y Al desarrollaron el modelo de liderazgo estratégico que comprende 6 componentes, dos de ellos son el direccionamiento estratégico y los controles estratégicos.

Estos simulacros de tercer orden son la circulación del modelo en el que se hace imposible "aislar los procesos de lo real, o  probar lo real". Tres esferas envuelven esta circulación del modelo: el trabajo académico, asesoramiento y práctica de la gestión estratégica en las organizaciones. La intersección de estas esferas generan la circulación del modelo. Es imposible un estado definitivo si una de las esferas es causa o creación de otra. Es a  través de sus intersecciones que  la simulación “desplaza, coloniza y se anticipa a lo real”

Nuestro propósito no es solucionar un problema del manejo estratégico. Los autores en la exploración de la estrategia como discurso, nosotros ya hemos hecho “sentido” del manejo estratégico, por lo tanto es otra parte de la circularidad. Nosotros quisimos argumentar que mientras puede estar bien entrelazado en la simulación, la representación pretende ser irónico, facilitando una lectura lúdica, que es a la vez ilustrativo y crítico de la problemática de la estrategia, simulación y representación


CONCLUSIÓN

Este artículo explora el estudio de la estrategia como discurso, envuelto por sus propios efectos de verdad. Los autores conectan la teoría y la practica de la estrategia que ha alcanzado una etapa de tercer orden en el simulacro. La mayoría, si no todos, los modelos de pensamiento estratégico tienen alcanzado un nivel de representación que los desconecta de la realidad, ellos son hiperreales. Esto al mismo tiempo explica sus poderes y limitaciones. Como representaciones desconectadas ellos son incapaces de direccionar las las supuestas realidades que dicen representar.

Parte B




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